viernes, 13 de diciembre de 2013

viernes, 29 de noviembre de 2013

Fotografías


Prof. adjunto de Semiología y Clínica Propedeutica en la Segunda Cátedra, 1939


 Hospital Rivadavia - 21-XI-1951


II Congreso Panamericano de Endocrinología - Viña del Mar - 1954


 
 

Celebrando el décimo año del Instituto de Investigaciones - Diciembre 1968


jueves, 8 de agosto de 2013

Biografía

                                                                                  por Celia Codeseira del Castillo*



            "Cuando en el año 1942, se inauguró en el Hospital Rivadavia la primera aula de Endocrinología del país, se iniciaba una nueva etapa en la Historia de la Medicina  Argentina.  Fue dirigida por  el Dr. Enrique Benjamín del Castillo durante veinticinco años.  Funcionó en la Sala XVI donde asistieron médicos de todo el país y de Sudamérica para formarse como especialistas.  Esos cursos para graduados fueron patrocinados muchas veces por la Asociación Médica Argentina y la Sociedad de Endocrinología y Metabolismo.
            ¿Qué antecedentes tenía el Dr. del Castillo,  autor del proyecto y creador de un espacio hospitalario para la enseñanza y el aprendizaje de la Endocrinología?
            Desde 1915 había ejercido como practicante en el Instituto Jenner y en los hospitales Ramos Mejía, Parmenio Piñeiro y Torcuato de Alvear.  Obtuvo su título en la Universidad de Buenos Aires, en 1921,  y a partir de ese momento fue requerido por un maestro de la medicina, el profesor Tiburcio Padilla.
            Entre 1922 y 1933 actuó como médico agregado en el Hospital Alvear y como médico agregado y médico interno en las Salas X y XIV en el Hospital de Clínicas.   Simultáneamente fue encargado de la Sección Endocrinología Ginecológica de la Cátedra de Clínica a cargo del profesor Julio Iribarne. Algunos años después, nombrado por la Sociedad de Beneficencia se hizo cargo del aula que organizó en el Rivadavia.  Pensaba que el hospital era una cátedra prodigiosa… ¡y no se equivocaba!
            Para describir su personalidad bastan pocas palabras: trabajo, pensamiento, acción, inquietud y honestidad científica.  Era un estudioso incansable y esa virtud la transmitió  a sus discípulos. Uno de ellos, el Dr. Virgilio Foglia lo describió así: “En los pasillos del viejo Instituto de Fisiología …acostumbraba a cruzarme con alguien que luego terminó  por serme familiar. De estatura mediana, ligeramente encorvado, con anteojos que escondían unos ojos vivaces e inquisidores, vestido con un delantal gris entreabierto, manchado de sangre, y a la vez sosteniendo una rata blanca en las manos.   Lo vi  así durante muchos años.  Tiempo después lo hacía acompañado por un número de jóvenes cada vez más elevado”.
            El  Instituto de Fisiología de la Facultad de Ciencias Médicas creado en 1919, funcionaba donde hoy está la Facultad de Ciencias Económicas. Allí desde 1930 y paralelamente con su labor hospitalaria,  fue alumno y colaborador del fundador de la Endocrinología argentina, el doctor Bernardo Houssay[1]. Junto a él adquirió una sólida base de fisiología moderna, que hizo posible que en el campo de la Endocrinología se llegara a  un nivel tan elevado que se lo puede considerar a del Castillo como uno de los pioneros de la Endocrinología en Sudamérica.  Profesaba una gran devoción por su maestro y dirigido por él se transformó en  formador de discípulos. Uno de ellos, el Dr. Cúllen, los recordaba así: “Pertenecer a la escuela de del Castillo era un galardón que llevamos y llevaremos con honor todos los que fuimos sus discípulos”:[2]  
            El doctor Bernardo Houssay dijo de él: “Puede afirmarse que fue el principal fundador de la Endocrinología Clínica especializada y con orientación científica seria y progresista en la Argentina.  A su lado iniciaron su carrera la mayor parte de los endocrinólogos de la Argentina, que luego se han destacado y formado escuela”.
Fue el caso de Argonz, de la Balze, de Majo, Oñativia, Cúllen, Trabucco, Jáuregui, Alberto Houssay, Reforzo Membrives, Alzugaray, Delbue, Gambín, Galli Mainini, Staffieri, y Quirno.
            “La actividad de del Castillo quedó plasmada en numerosas investigaciones de las que se destacan: las bases del urocitograma en estudios hechos con Galli Mainini, Argonz, Staffieri y Leoncini; la descripción de los síndromes de del Castillo, Trabucco y de la Balze[3]; y así como los debidos a sus discípulos: síndrome de Trabucco y Oñativia, y la reacción de Galli Mainini para la determinación del embarazo.”[4]
            Sus estudios experimentales sobre endocrinología le valieron ser designado miembro correspondiente de la Sociedad de Biología de París, de la de Gerontología y del Bocio en los Estados Unidos de América, de la Academia de Ciencias de Nueva York, de las Sociedades de Endocrinología de España, Portugal, Estados Unidos de América, Perú, Uruguay y Chile.
            Fue elegido vicepresidente de la Asociación Médica Argentina, cargo para el que fue reelegido por dos períodos más y en el que volcó su espíritu renovador. En 1961 fue nombrado miembro honorario de la misma.
            En la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo[5] se analizaban nuevos casos y metodologías más exactas, se discutía científicamente. Del Castillo fue miembro fundador y  su primer presidente. Los objetivos de la institución era propender al estudio y adelanto de la Endocrinología y metabolismo en todos sus aspectos, publicar trabajos científicos[6], crear y fomentar vínculos intelectuales y culturales con sociedades similares del país y  del extranjero, realizar reuniones científicas  y congresos.   Del Castillo afirmaba que el profesor Houssay había insistido siempre sobre las relaciones entre las glándulas endocrinas y  el metabolismo.  Por eso cuando se eligió  el nombre de esa institución decidió que debía llevar esos dos conceptos.
            Ejerció la presidencia de la Sociedad desde que se fundó en 1939  y durante diez años. Junto con el Dr. Houssay fueron sus únicos presidentes honorarios  en ese entonces.  Con motivo  de celebrarse el trigésimo aniversario de la Sociedad, del Castillo disertó sobre los primeros años de la misma, cuando funcionaba en una pequeña habitación del Hospital de Clínicas, del ingreso a la Asociación Médica Argentina y  de la publicación oficial de la Revista Argentina de Endocrinología y Metabolismo.”


* "El Dr. Enrique B. del Castillo pionero de la Endocrinología argentina".  En: Actas de las XIV Jornadas de Historia del Pensamiento Científico Argentino.  Buenos Aires, FEPAI (Fundación para el Estudio del Pensamiento Argentino  e Iberoamericano), 2010.


[1] El Dr. Bernardo A. Houssay obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1947 por sus aportes al conocimiento de los procesos metabólicos de los carbohidratos en el organismo humano y su relación con la hipófisis.
[2] Dr. Martín  Enrique Cúllen.  Discurso 1-7-1969
[3] En 1947 los doctores del Castillo, Trabucco y de la Balze describen el síndrome en que la azoospermia se asociaba con tubulus de menor tamaño, con ausencia de línea germinal y sertoli normal. Describen que era una causa congénita  y que podía deberse a la falta de irrigación de los genocitos del embrión.  Los sujetos afectados son estériles y tienen los testículos pequeños. Síndrome Argonz-del Castillo: se caracteriza por la presencia de galactorrea y amenorrea. Suele ser consecuencia de transtornos diencefálicos.
[4] Milanino, A.E., Álvarez, Graciela C., y Agüero, Abel Luis. “150 años de Medicina en la Argentina (1950-2000) Análisis histórico y sus perspectivas futuras” en  Revista del Hospital Ramos Mejía. Edición electrónica, vol. XI, nº 2, 2006. http:www.ramosmejia.org.ar.
[5] Fundada el 6-8-1941.
[6] Durante el XIIº Congreso de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (2001) se resolvió dar apoyo a la publicación del libro “Homenaje a los grandes maestros de la Endocrinología” y entre los quince seleccionados figura del Castillo.